REFLEXIONES SOBRE EL AMOR Y LAS RELACIONES TOXICAS
Carta a alguien que quiero
En la escuela aprendemos matemáticas, lenguaje, geografía… ¿pero quién nos enseña a tomar buenas decisiones? ¿Quién nos enseña a ganarle a los sentimientos cuando estos están en desacuerdo con la razón? Tenemos que estrellarnos, caer muy al fondo de un pozo, y luego tener una enorme voluntad de escalar cuesta arriba, para recién entender cómo solucionar este par de preguntas.
Tengo una amiga que es abogada especializada en derecho de familia, años de ejercicio de su profesión siempre la llevan a hacerse la misma reflexión: “De nada le sirve a mucha gente hacerse exitoso/a, ganar bien, estabilizarse económicamente, porque luego llega un jodido divorcio o una relación toxica y todo lo construido se desmorona, porque no hay cimientos”
¿Qué criterios tener para escoger una pareja? ¿Cómo es un amor saludable? ¿Lo que está pasando en mi relación es lo normal? ¿Por qué siento que algo no está bien? ¿Por qué entré en este círculo vicioso? ¿Por qué me cuesta cortar esta relación tóxica? Son preguntas que todos en algunos momentos de la vida nos hacemos, y nunca sabemos cuáles son las respuestas correctas.
Decidí escribir sobre este tema porque hay alguien a quien quiero mucho, y está encerrada en una relación toxica y piensa que él es buena persona porque es muy religioso y entregado a sus creencias.
Conscientemente sabe lo que pasa, pero inconscientemente está atrapada, no quiere escuchar ni tocar el tema, y la entiendo, hay muchas emociones en juego, solo me queda a veces hablar de forma muy general, porque sé que por momentos tiene sus batallas a solas, esos momentos en los cuales analizas la relación y estas en esa línea delgada entre lo que debes decidir y entre el paso que te cuesta dar. Así que solo me queda darle insumos y herramientas de vez en cuando, para que cuando llegue su momento a solas, sus momentos de batallas, ella tenga armas para tomar decisiones saludables.
Yo estuve en el fondo del pozo, me tomo un tiempo quedarme ahí, por momentos me negué a aceptar que estaba ahí, y por momentos dejé de estar consciente del lugar en el que estaba, a veces buscaba artículos de psicólogos en internet para leerlos y darme herramientas para cuando lleguen mis batallas, y en algún momento esas herramientas me armaron y salí del pozo, y aquí estoy, con cicatrices, pero sanada, y sabes que, conozco muy bien el camino por el cual caí y por el cual salí, y de lejos puedo reconocer cuando alguien se está acercando a ese abismo, cuando alguien está en caída libre, cuando alguien está en el fondo, y cuando alguien está escalando. Por eso te escribo esta carta.
No creo que existan personas malvadas, porque todos somos una misma esencia, pero si existen personas perdidas, de hecho lo normal es que todos lo estemos, pero algunas están jodidamente perdidas, con años de años de espirales y crianzas familiares insanas, personas que todo el tiempo se lastiman a sí mismas y lastiman a quienes están con ellas, tan perdidas que constantemente toman malas decisiones y hacen tomar malas decisiones a quienes les acompañan, tan perdidas que en algún momento cayeron en un pozo, y en vez de escalar cuesta arriba, encontraron una cueva en el fondo, y se escondieron ahí, se escondieron tras una religión, un grupo, una idea, lo cual no es malo, pero si es peligroso cuando hay una herida grande abierta, porque no la curaron, solo la maquillaron. Y desde donde están, detrás de su fanatismo, siguen causando dolor, confusión, escondidos bajo un “código sagrado” disfrazado como “un propósito” lo cual tampoco es malo, pero los seres humanos somos materia (cuerpo), mente, y espíritu, y entre estas tres debe haber un equilibrio, al cuerpo le corresponde tratarlo con amor porque el cuerpo es un hermoso regalo, a la mente también debemos darle un buen trato y nutrirla y ayudarla y al igual que al cuerpo, tomar consciencia de lo que le estamos dando, y de vez en cuando buscar ayuda profesional para orientarla (de ser posible hacer esto seguido), y al espíritu le corresponde también alimentarse, con fe, con amor, con propósitos, con sueños, con empatía, con comprensión. No se puede intentar curar las tres cosas solo alimentando el espíritu, se debe buscar un equilibrio en los tres.
Con esto intento explicar, que aunque la religión es bella, y yo misma tengo mis creencias, esta no es el sinónimo de salud mental ni emocional, es más bien un opio necesario a lo difícil que es la existencia humana. Es un calmante a veces pasajero, y a veces permanente, y aferrarse a una religión y aprender disciplinadamente su estilo de vida, no significa necesariamente haber aprendido a vivir saludablemente.
Con este preámbulo, quiero pasar a deconstruirte un poco de lo que aprendí que no es el amor:
El amor no posee
El amor no controla
Quien nos ama no nos ve como pertenencia, nos quiere libres porque entiende que somos humanos no cosas
El amor busca prosperidad
El amor es laborioso pero respeta las decisiones y los tiempos
El amor no siempre espera
El amor no es único, no tenemos solo una media naranja, tenemos miles de medias naranjas
El amor es sincero, pero eso no significa hiriente, se puede ser sincero con amor
En el amor no hay que interpretar, razonar, sacar conclusiones, analizar para determinar si nos ama, el amor fluye, es claro, no es turbio, es transparente
El amor se NOTA
El amor, cuando lo determina con razones como necesario: se distancia
El amor no es para siempre, es un momento pasajero de alta calidad
El amor busca el progreso, la comodidad, el bienestar
Donde hay amor no hay carencias ni necesidades, y si las hay doblega esfuerzos con buen humor para que no las haya
Donde hay amor siempre, siempre, siempre hay tiempo
Donde hay amor ¡NUNCA hay CULPABLES de nada!
Donde hay amor no hay manipulación tacita ni expresa
Donde hay amor no hay sensaciones de inseguridad emocional, malestar, o sensaciones de dolor o ansiedad
Donde hay amor SANO, hay confianza total
Donde hay amor, ha espacio, no hay control
Donde hay amor, la distancia no duele ni angustia por eso no doblega el control cuando esta lejos
Donde hay amor se puede ver con claridad el camino, y por eso, no hay miedo de continuar el camino acompañado o solo
Donde hay amor no hay espacio para la violencia
Donde hay amor no hay una decisión única, porque puede haber dos decisiones, incluso contrapuestas, y ambas se pueden llevar a cabo por separado y con respeto
Donde hay amor, se sabe decir adiós, sin penas
Donde hay amor no manda solo uno, de hecho no se MANDA
Donde hay amor no existe la “ayuda” todo es “cooperativo”
Donde hay amor no hay presión
Donde hay amor no hay pasado, ni manipulación por el pasado
Donde hay amor todo fluye con felicidad
Donde hay amor hay un buen y bonito presente
Donde hay amor el futuro es claro, juntos o separados, el futuro no se desmorona por la ausencia del otro
Donde hay amor hay calma, el corazón no duele, y el estómago no se enfría, no hay estrés, ansiedad, inseguridad, porque comprende que cuando se sienten estas jodidas emociones, hay escondida una violencia emocional. Todo lo demás no es amor, son carencias emocionales escondidas bajo una falsa construcción de “amor romántico” el cual explicare en un próximo post.
Las carencias emocionales son dolores, que si no se tratan profesionalmente, buscan opios, eso opios pueden ser un tóxico amor, o una mal entendida religión
No te preocupes, es lo “normal” porque hay muchas micro violencias que hemos normalizado, hemos crecido rodeados de ellas, y tampoco nunca se va tener el amor perfecto, pero si podemos recorrer el camino por encontrar un buen amor, y vivir felices con ese amor, durante el tiempo que a los involucrados les haga felices.
Pero claro, hay amores que definitivamente son tóxicos y no hay que estudiar mucho la página para pasarla y soltar el libro. Somos un imán y atraemos lo que hay en nosotros, por lo tanto no es mala idea trabajar más en nosotros y convertirnos en lo que queremos atraer.